19.11.05

Entrevistas(2): Richard Jones Jr

Bueno, otra de esas entrevistas que surgen casi de casualidad. Estaba yo en el Escher disfrutando de un Gin-Tonic mientras planeaba que hacer, cuando voy y me encuentro a Rick. Es curioso lo de este personaje. No es un artista marcial de primera, no creo que pueda acertar a una diana con precisión letal y tiene la misma cantidad de magia en las venas que una patata. Pero ahí está, un tipo común en mitad de todo este follón. ¿Cómo sobrevive? ¿A qué se dedica? ¿Por qué no huye de todo esto? Ah, esas son cosas que tendrán su respuesta en esta entrevista.

Conocí a Rick en el Bazar, un dia que recopilaba información. ¿Pero quien no le conoce? A pesar de aparentar tan poca cosa, Rick tiene una agenda que ya quisiese yo para mi mismo. Conoce la gente y los lugares. Eso sí, no se le localiza así como así. No es tanto que tenga unas habilidades sobrenaturales para desparecer. Más bien es lo dificil que es encontrar a una persona en el Vertedero. Aún así, si le encuentras y no eres de "los Malos" puede que te ayude.

Bueno, a lo que iba, estaba disfrutando del ambiente el Escher cuando voy y veo a Rick pidiendo una cerveza en la barra, así que fué cuestión de llamarlo y preguntarle si quería hacer la entrevista. Aceptó, creo que proponerle pagarle un par de rondas sirvió para eso.

Killboy Powerhead: Bueno, si me hubiesen llegado a decir que te acabaría entrevistando no me lo creería.

Rick: ¿Es que no soy digno de una entrevista?

KP: No, hombre. Pero ten en cuenta que la gente suele preferir la entrevista de gente más "pirotécnica". Pero entremos en materia. Me di cuenta que tu nombre coincide con otro...

RJ: No me lo recuerdes. Mi padre era fanático de los cómics. Así que cuando tuvo un hijo, cogió y me puso el nombre que combinado con mi apellido daba un nombre de personaje de la Marvel.

KP: Bueno, pasemos a una ligera presentación para los que no te conocen? Yo ya lo sé, pero a lo mejor me llevo una sorpresa. ¿Quíen es Rick Jones?

RJ: Un personaje de cómic que hizo su primera aparición en el primer número de "The Incredible Hulk" (Risas) Ya en serio. Yo soy Rick Jones. Un tipo que sin comerlo ni beberlo descubrió la Guerra Secreta y que por su propia voluntad se metió de lleno en ella.

KP: ¿Puedes decirnos algo de tu pasado sin revelar más de la cuenta?

RJ: Bueno, a ver si puedo contar algo. Yo vivía en una ciudad de los Estados Unidos, no algo en plan New York, más bien algo tipo Vancouver. Y bueno, allí tenía uno de esos trabajos monotonos y, seamos sinceros, algo que no tenía demasiado futuro. Tipo MacDonalds, para entendernos. Entonces, descubrí todo ese embrollo de la guerra secreta.

KP: ¿Cómo?

RJ: Mira, yo salía de mi trabajo. Era de noche y me dirigía al videoclub a pillar unas cuantas películas de acción/artes marciales (mis favoritas), para matar el rato antes de irme a dormir, y para acallar el aburrimiento. Entonces, cuando atravesaba un atajo fuí testigo de una pelea, y joder, aquello era raro. Unos tios vestidos como monjes Shaolin se estaban zurrando con unos bichos la mar de feos que parecían haber sido sacados de un wuxia. Luego me enteraría de que se trataban de genuinos monjes Shaolin de la Mano que Guia, y los monstruos eran engendros del loto. Uno de ellos tenía forma humana, bueno, practicamente pasaría por humano si no fuese por que su pelo era de un azul oscuro raro y sus ojos eran negros, luego me dirían que se trataba de un Destructor. Unos bichos la más de duros.

KP: Los he visto, lo mejor es arrearles con todo lo que tengas y largarse antes de que vuelvan a la vida. Cristo, las cosas del Loto me ponen los pelos de punta.

RJ: No eres el único. Bueno, pues estaban peleando, y los Shaolin lograron dejar fuera de circulación a los bichos feos, pero el Destructor. Bueno, ese tio no paraba de levantarse una y otra vez. Entonces fué cuando uno de esos monjes decidió emplear el viejo "Iros, yo le detendré." Los demás le hacen caso. Y que me mate si el otro no estuvo a punto de retenerle. La pelea fué de las duras, pero duras de verdad. Y al final el monje se vió obligado a salir por patas una vez que sus compañeros lograron irse. La cosa es que el Destructor decide seguirle.
Podría haberlo dejado estár, pero cuando el monje pasó cerca de mi callejón no se por qué, tomé la decisión y le solté el tipico "psst, por aquí". Bueno, el monje no estaba como para no hacerme caso y decidió seguirme, estuvimos serperteando por algunos callejones que conocía y al final logramos evitar al Destructor. El monje aprovechó para desplomarse.

KP: Wow. Desde luego entraste en materia a lo grande.

RJ: Ya ves. Bueno, pues yo que me veo con un tipo vestido de azafran que se está desangrando. Lo primero que pienso es dejarlo estar y largarme a mi casa. Pero entonces, no sé. Mira, desde que era un criajo me encantaban las películas de artes marciales, las de vaqueros, devoraba cómics de aventuras (Conan es el mejor) y leía novelas pulp. Toda mi infancia me la pasé soñando con todo ese tipo de cosas. Para acabar como un veinteañero aburrido y sin mucho futuro. Y voy, y sin comerlo ni beberlo soy testigo de una genuina pelea de artes marciales en vivo. Lo menos que podía hacer era ayudar al pobre diablo. Pues nada, pillo un taxi y lo llevo a casa, pago el taxi más el plus "no hagas preguntas". Afortunadamente trabajé una temporada en una ambulancia, así que pude salvarle.
El monje se mostraba reacio a hablarme, y miraba las cosas de mi piso con evidente asco. Primero pensé "Coño, que tio más raro.", pero como peleaba de fábula lo era no decirle nada desagradable. La cosa es que estaba agradecido por que le hubiese salvado la vida. Me dió su nombre, que como comprenderás no voy a decir Los dos somos ahora amigos y somos conscientes de que si la Mano se enterase de sus amistades se metería en un lio.

KP: Bueno, si te sirve de consuelo, conseguiste tu primer contacto en la guerra secreta mucho antes que yo. Y yo consigo contactos a una velocidad pasmosa.

RJ: Ya. ¿Por donde iba? Ajj, oye tio, ya que te estoy contando mi vida por lo menos estirate y pagame otra ronda.

KP: ¿Comó? Si ya llevas dos. Bah, que demonios. Sonali, ve y trae una cerveza, anda.

Sonali: Traesela tú. No soy tu camarera.

KP: Vamos, yo estoy ocupado.

RJ: Que poca caballerosidad tienes, parece mentira que tengas en la redacción a un gentleman inglés y no se te halla pegado nada. La pediré yo, y aprovecho para ir al servicio. (Se levanta)

Sonali: ¿Ves? Rick si sabe como tratar a una dama.

KP: [Arqueo una ceja y miro su brazo biónico y la musculatura de su otro brazo] ¿Dama?

Sonali: Killboy, antes de empezar con las bromitas te recomiendo que recuerdes quien proteje a quien.

Rick tardó un rato en volver. Luego me dijo que fué por que tardó en encontrar el lavabo. Es lo que tiene la peculiar arquitectura del Escher.

RJ: ¿Donde dejé el culebrón?

KP: En el capítulo anterior de "Las hazañas del asombroso Rick" conoció a un miembro de la Mano al que salvó la vida.

RJ: Cierto. Bueno, pues el monje se queda a dormir en el sofá. Le ofrezco de cena fideos de esos que se hacen en minutos. Se los come, pero no le hacen mucha gracia. Hablamos, por supuesto, pero no soltaba mucha información, se dedicaba a darme las gracias y a decirme que no tendría que preocuparse por mi. Al dia siguiente se reuniría con sus compañeros y se iría. Quise preguntarle por la túnica azafrá, pero preferí dejarlo estar. También me preguntó el a mi, no creas. Le sorprendió que a pesar de no tener pinta de luchador tuviese tantos conocimientos teóricos sobre las artes marciales. Creo que comenzó a pensar en mi como contacto útil para la Mano por la zona.
La cosa es que llegó el dia siguiente, y le llevé cerca de donde le encontré. Nos despedimos y el se fué por su camino...

KP: Pero tu no te fuiste por el tuyo.

RJ: Exacto. No supe por qué en su momento, pero decidí seguir al monje. Caminé un buen trecho, hasta que nos adentramos en el barrio chino. Y entre dos puestos, le perdí. Lo raro es que era imposible. Lo que sí había era... mira mejor no lo digo para dar pistas, pero en definitiva estaba delante de un portal al Inframundo.

KP: ¿Entraste inmediatamente?

RJ: Noooo, uno no pasa de tio normal a aventurero tan rápido. Pero estaba ahí, con un portal delante. Sabía que era un portal. Tantas películas de ciencia ficción tienen que servir para algo. ¿A otro mundo? ¿A otro lugar? No lo sabía. Pero si lo atravesaba tendría respuestas, claro que podría correr peligro, de mortal para arriba. Era la gran decisión de mi vida. Y tras mucho pensarlo di dos pasos adelante y entré.

KP: ¿Por qué?

RJ: ¿Por que no? Fijate en la vida que llevaba. Madrugar, devolver las películas, trabajar horas y horas en un trabajo de mierda, salir, alquilar película, verlas y dormir. Vale, al otro lado podía haber de todo, pero cuando decimos todo es todo, bueno y malo. Y joder, toda mi vida me la pasé leyendo aventuras, cuando era crio soñaba con ser un aventurero, y la pelea que vi encajaba con el cuadro. Esa la habia visto como espectador, y pensé "¿Quien sabe si al pasar al otro lado la siguiente la protagonizo?".
Fué cuando ví la encrucijada de esta manera: Podía arriesgarme, entrar y que fuese lo que Dios quisiera. O podría darme media vuelta, no atreverme a pisar ese callejón nunca más, y pasar todos los dias de mi vida "sirviendo Big Macs" mientras pensaba en que habría sido de mi si me hubisese decidido. La decisión es obvia. ¿No?

KP: Si me lo pintas así, la verdad es que sí. Y acertaste de pleno, aquí hay "aventuras" para dar y regalar. Y riesgo mortal para todos.

RJ: No me digas.

KP: ¿Como fué tu entrada en el Inframundo?

RJ: "Coñó, un mundo subterraneo. ¿Que habrá más allá de esta galería?" No se como decirlo, pero en algún lugar de mi cabeza el chip del "Modo Aventurero" se puso en ON, y comencé a explorar. Al principio estaba acojonado, los caracangrejo dan un yuyu tremendo. Pero bueno, pensé que ya que había dado el primer paso los demás no podrían ser tan malos. La cosa es que vagué y vagué, hasta que me encontré con un emmplazamiento de desplazados. A cambio de mi reloj me estuvieron hablando durante muuucho rato sobre todo lo que conocían del Inframundo. Cuando mencionó quienes eran los Dragones, tomé la decisión de buscarles. En parte por que eran "los buenos", por otra parte por que en su mayoría eran de mi coyuntura sin ser parte de esos "tipos conspiratorios" que la dominaban.
Conseguí llegar al Vertedero, y no encontré a los Dragones.

KP: ¿Seguro? Una vez oí que eras uno de ellos.

RJ: (risa) Anda ya. ¿Crees que les serviría de algo? Además, en las peleas no valgo. Y como todo el mundo sabe los Dragones están casi extintos desde aquel asunto de Killdeer.

KP: Llevo una investigación en marcha sobre eso.

RJ: Ya lo he visto, para adelantarte a tu pregunta, ya sabes más sobre el asunto que yo.

KP: No insistiré. ¿A que te dedicas en el Inframundo?

RJ: Bueno, pues como agente más o menos libre hago lo que puedo. Ser un "chico bueno" es dificil, sobre todo cuando tienes los "abrumadores medios" que tengo yo. Así que decidí conocer a la gente adecuada y la información idonea. Procuro enterarme de los fregados más importantes y hacer lo que pueda al respecto. Generalmente encargarme de que ese "asunto" llegue a los oidos adecuados.

KP: Supongo que muchas de las grandes facciones te buscarán para "darte las gracias".

RJ: Sí, pero intento evitarlos. Como decía mi padre "Procura tener amigos hasta en el infierno." Así que suelo enterarme de las amenazas a tiempo. Bueno. ¿Algo más?

KP: No sé. ¿Alguna conclusión?

RJ: Dejame pensar... Creo que lo tengo. Se puede pensar por esta entrevista que estoy viviendo mi "sueño aventurero". La verdad es que no, esto se parece bien poco. Pero mi anterior vida se parecía incluso menos. Y ya sabemos como es esto, una vez que entras al portal ya no hay marcha atrás. Pero mira, al menos hay algunas cosas que hacen que esto merezca la pena. Y bueno, mientras tanto seguiremos en la brecha, por que leñe, hasta que me maten seguiré divirtendome. Por cierto, la pianista es buena ¿Eh?. Siempre quise ser capaz de tocar algún instrumento así de bien.

KP: Sí, pero creo que ella tiene ventaja sobre los demás mortales.

RJ: ¿Que quieres decir?

KP: No preguntes. ¿Quieres otra ronda?

RJ: Caray, tanta generosidad es rara en tí.

Sonali: Coincido.

KP: Por favor.

Y la conversación ya degenero a temas de menor interés. Puede que esta entrevista no sea de uno de los grandes heroes como el Viajero Oscuro. O de agentes temidos a lo largo y ancho del Inframundo como Nueve Cortes o (por motivos muy distintos) el Diez Cruces. Pero Rick, a su manera es un tipo a tener en cuenta en la guerra secreta. Tiene vínculos con muchísima gente, y ha logrado llevarse bien con todos.

No como yo, todos me odian.

Tened cuidad ahí fuera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es bueno saber más de los enemigos que pueblan el inframundo. La próxima vez que mate un bicho gordo, procuraré no darle la espalda.

Es agradable saber que en el inframundo también hay personas normales, aunque tengan nombres ridículos.