4.12.05

¿Donde ir? Guía Powerhead de locales del Inframundo (1)

Vale, eres un guerrero secreto de la leche, te sabes a dedillo todo lo que se cuece en la Guerra Secreta, puedes abatir a una horda de jiangshis sin muchos problemas. ¿Pero que pasa cuando el hambre te apetece comer fuera? ¿Y un poco de diversión más allá del Pinbalhalla? Pues no os preocupeis, por que hoy, Killboy Powerhead (o sea yo), voy a comentar algunos lugares en los que podeis pasar un buen rato, relajaros o tomar una buena cena.

La cafetería del hotel Escher: Bueno, el hotel Escher es bien conocido entre nosotros. Su "perfil" es peculiar, y algo que es mejor no mirar fijamente mucho tiempo. El bar en sí es "curioso". Para empezar, desde dentro es mucho más grande de lo que parece desde fuera. De hecho, yo juraría que algunas veces es más grande que otras, curiosamente esos cambios de tamaño coinciden con lo concurrida que esté. Decorado con un estilo que sería algo así como un elegante casino decimonónico diseñado por Kafka, la madera, el cristal tallado, el hierro fundido y el marmol blanco y negro son motivo común. Otro detalle muy curioso es que no importa donde te sientes, tardas muy poco en llegar a la barra. Y para mi que el piano se oye como si lo tuvieses justo al lado, te pongas donde te pongas. En cuanto a sus servicios, tiene una carta de cafés amplia. No, en serio, olvidate de esas cafeterías "chic" que has visto ahí fuera, la carta del Escher es monumental, todos los cafés que puedas imaginar de las distintas coyunturas más unos de cosecha propia. Y atentos a los cafés de cosecha propia, tienen café con sabores. No, nada de esa mierda de que te preparen un café y luego le hechen algo para darle sabor. Las semillas de café salen directamente de la planta con sabor. Las maravillas del Inframundo muchachos. Todo esto también se aplica para el té y otras infusiones. Y tienen una carta de bebidas de coyunturas perdidas, eso si, son caras de narices y solo se sacan por motivos especiales.
La cosa está en que el Escher no es, como podrias deducir, un lugar tranquilo. Se le considera una especie de territorio neutral, aunque más que una declaración firmada de neutralidad es una suerte de acuerdo tácito. Las facciones van aquí para encontrarse o para obtener información. De hecho es posible que de vez en cuando me encontreis por el lugar. Por cierto, no se quien es la nueva pianista, pero es bastante buena.

"Chez Ucronie": Bajo este francés dudoso, y localizado en las partes más externas del Vertedero, se encuentra uno de los restaurantes más particulares que podais ver. Toda su carta consiste en platos de coyunturas perdidas. Todas. Por lo que no es de extrañar que sea un lugar frecuentado por habitantes del Inframundo. Los platos más extraños los podeis encontrar por aquí, conceptos revolucionarios de cocina, cocina con sabores nuevos, y lo más sorprendente, platos que desafian leyes de la física. Algunas de mis recomendaciones son: El carpaccio bidimensional (dicen que si lo encuentras más fino te devuelven el dinero), el arroz 10.000 delicias, todo un maremagnum de sabores, la sopa de aleta de dragón (pero no os confundais, la aleta es moldeada) y el helado de cardambo (no me pregunteis, ni los dueños saben que es un cardambo). Los precios varían mucho, depende de lo raro e "imposible" que sea el plato que pidas, pero generalmente entran dentro de lo razonable. No es un lugar muy adecuado para reuniones y conspiraciones de la Guerra Secreta, los clientes habituales son personas a la que los cambios de la Guerra Secreta los han dejado en la cuneta, y no se toman nada bien que la gente siga conspirando e uno de sus últimos refugios. El lugar no es muy grande, y la decoración no es la mejor. Ni siquiera es homogenea, todos los manteles son distintos, y las mesas están sacadas de vete a saber tu donde. Eso sí, suele estar bastante lleno. Tienen además una sección de bar con una pequeña barra, por si sólo has venido a tomar una cerveza o café. Los clientes suelen ser del tipo "cliente fijo", y no miran muy bien a los clientes casuales. No así el dueño, que aparcó el recelo a los no habituales en pro de ganar más.

"La Ruleta Rusa": A no todo el mundo le gustan las recreativas, mucha gente prefiere juegos en los que en lugar de perder una monedita pierdes todas tus pertenencias. "La Ruleta Rusa" es lo más parecido a un casino que éxiste en el Inframundo, si tienes algo que intercambiar por fichas, puedes jugartelas a cambio de más fichas, y luego canjearlas por los premios disponibles. Curiosamente la maquinaría y los trastos electrónicos obtienen más fichas. Los premios incluyen, joyería, cacharros raros sacados del Vertedero y cosas así. Los juegos son los típicos que encuentras en un casino, más algunos más. Yo aún tengo que aprender a jugar al "Cosecha de cuatro elementos", un juego que al parecer era muy conocido en la versión de la historia de los monarcas y que necesita una baraja de cartas propia. Incluso se dice que en los reservados se puede jugar a juegos peligrosos tipo "Ruleta Rusa". El nombre lo da un revolver expuesto en el local, con el que se dice que jugó a la ruleta rusa vete a saber que celebridad. El club es pequeño, y apesta a humo de tabaco y dentro hay un barullo de mil demonios. La clientela no es muy amiga de hablar (al menos mientras están sobrios), y la seguridad del lugar no es muy agradable. Nadie sabe quien dirije el lugar, pero por lo que tengo entendido existen vinculos con el Loto Blanco (hablaré de ellos en un futuro).

Bueno, con estos tres por ahora está bien. Tampoco es que existan muchas ofertas de ocio en el Inframundo. La mayoría del tiempo es un lugar de "trabajo", ya me entendeis. En una futura entrega comentaré más lugares.

Voy a seguir trabajando en daros información sobre facciones menores, y otras noticias.

Tened cuidad ahí fuera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No olvideis pedir en Chez Ucronie su "Sopa a la gravedad cero". Comerse una burbuja de sopa que flota a un palmo del plato es ciertamente es una experiencia única.