23.10.05

Entrevistas (1): Sereiel Avrai, último caballero de la "Orden de la Llama Sagrada"

A lo largo de mi ya no tan corta, pero muy turbulenta carrera, he realizado varias entrevistas a determinados personajes del Inframundo. Hacer entrevistas en la guerra secreta es un asunto complicado. Hacer tu nombre público es muy peligroso, y a menos que seas muy bueno a la hora de defenderte tendrás problemas. Ésa es una de las razones por las que no hay tantas figuras públicas en la guerra secreta. Vale, casi todos conocemos a Draco, pero si yo fuese un apocalipsis andante con traje caro tampoco me importaría que la gente me conociese.
Todo esto hace que la gente sea reacia a que la entrevisten, aunque siempre existe alguien a quien no le importa. En muchos casos se trata de gente que está buscando una facción bajo la que cobijarse, y emplean la entrevista como una especie de "currículum vitae", otros por ansia de notoriedad y otros para dar a conocer un mensaje.

Curiosamente, el caso de Sereiel Avrai es distinto. Le conocí cuando me dirigía con Sonali a los Salones del Genocidio, a recabar información sobre algunos rumores que había oído. Fuimos emboscados por una horda de demonios (u otro tipo de criaturas del gusto del Loto), una maldita banda de bichos feos que escupían fuego. Como siempre, confié en las más que demostradas capacidades de combate de Sonali para solventar el problema (la he visto salir victoriosa de combate peores); sin embargo, en la confusión de la pelea acabamos separados. Yo soy un periodista, no un guerrero, así que allí estaba, con dos demonios decidiendo si yo era el almuerzo o un tablón para afilar las garras. Y entonces apareció Sereiel, no hizo ni entrada dramática ni lanzó un grito de guerra, simplemente se abalanzó sobre los demonios y comenzó a repartir espadazos con una firmeza pasmosa. Era como si no contemplase la derrota como una opción. El aliento de fuego de los demonios no parecía hacerle nada, mientras el fuego de su espada les arrancaba gritos de dolor. Al poco, Sonali se unió a la pelea de aquel caballero y todo terminó pronto.

"Hay que joderse, me ha tocado el papel de la puñetera princesita en apuros." pensé, pero noblesse obligue, así que agradecí al desconocido su ayuda. Mi mente no tardó en atar cabos, y recordé la lucha en el vertedero en la que fue determinante la intervención de un misterioso hombre con una espada flamígera. Así que tenía enfrente de mí a una pequeña celebridad del Vertedero. Una oportunidad como ésa no se te presenta todos los días, por lo que le pedí una entrevista, y ¡oh, agradable sorpresa!, aceptó. Por qué no la he publicado hasta ahora, no lo sé. Supongo que porque a nadie le interesa ya qué ocurrió en coyunturas anteriores (cosa lógica por otra parte). Bastante jodido es intentar sobrevivir con las coyunturas que tenemos ahora, para preocuparnos por lo que ocurrió antes. "Aquellos que no conocen su historia están condenados a repetirla." se suele decir, pero me gustaría añadir "Si sigues vivo hoy, ya lo podrás aprender mañana." Las noticias de la desaparición de Sereiel me han recordado que tenía esta entrevista. En fin, no os aburro más, aquí la teneis.

Killboy Powerhead: "Tengo conmigo a Sereiel Avrai, conocido en el Vertedero. Permíteme preguntarte en primer lugar ¿Quién es Sereiel Avrai?

Sereiel Avrai: "...Bueno, yo soy un miembro de la Orden de la Llama. Una antigua orden de caballeros."

KP: "Reconozco que no he oído hablar de ellos. ¿Sois alguna clase de sociedad secreta? ¿Una facción nueva? ¿O sois pocos?"

SA: "...eh... bueno, es normal que no hayas oído hablar de nosotros, de la orden sólo quedo yo, en cuanto a si somos una sociedad secreta o algo así, no, la verdad es que..."

KP: "No hace falta que me digas más, lo adivino. Eres un desplazado. Lo siento."

SA: "No tienes por qué discuparte, no es culpa tuya. Sí, mi orden fue afectada por un... ¿Cómo se le llama a cuando la historia cambia?"

KP: "Giro Crítico."

SA: "Eso. La versión de la historia en la que existía mi orden fue barrida por un giro crítico. Sólo quedo yo. Soy el último caballero de la Orden que pisó el inframundo."

KP: "¿Qué era la Orden de la Llama? Si se puede saber, claro está."

SA: "Supongo que ya no importa si te lo cuento. Mi orden fué fundada para... verás, esto te va a sonar ñoño."

KP: "No importa, yo sólo estoy aquí para recoger la conversación, no para juzgarla, ni para juzgarte." [Y tengo que reconocer que por primera vez en mi vida lo decía de verdad. Supongo que cuando te salvan la vida te vuelves un blando.]

SA: "Mira, en mi mundo la gente no podía vivir segura. Teníamos problemas, sobre todo por la zona en la que vivía. La Orden existía para, como se suele decir, "Proteger al inocente". No era una lucha fácil, sobre todo por la magnitud de nuestro enemigo. Pero juramos proteger a la gente, y eso hacíamos."

KP: "¿Erais conscientes de la guerra secreta?"

SA: "Es difícil de decir. Yo no ocupaba un cargo muy alto. Como puedes ver, llevo armadura, no tienes manera de reconocerlo, pero esta armadura correspondía a un rango equivalente a lo que algunos llaman "paladín". No sé si los Grandes Guardianes de la Llama eran conscientes de la guerra secreta. Supongo que siendo yo el único miembro de la orden al que no ha afectado el giro crítico que barrió mi mundo, quiere decir que los Grandes Guardianes no la conocían."

KP: "Si no te afectó el giro, es porque accediste al Inframundo antes de que eso sucediera. ¿Puedes contar cómo?"

SA: "Como te he dicho antes, el que lo mantenga o no el secreto es algo que ya no importa. Yo estaba asignado a una zona (nisiquiera yo recuerdo cómo se llamaba) y, bueno, las cosas por allí eran muy difíciles. Criaturas como las que he combatido hace un momento aterrorizaban el lugar. En una escaramuza, una de ellas intentó huir, y yo decidí seguirla para descubrir de dónde venían. La primera vez que entré en el Inframundo creía que se trataba de un entramado de tuneles subterráneos, así que en aquél momento decidí volver para dar parte. Tiempo después se me asignó explorar aquellas "cuevas". Encontré a algunos habitantes del Inframundo, creí que eran habitantes de una especie de reino subterráneo o algo así. Para cuando volví por el portal, el mundo había cambiado."

KP: "¿Y a qué se dedica un "caballero" que ha perdido su mundo?"

SA: "Me he instalado en el Vertedero desde que descubrí que allí había llegado una capilla de mi orden. Hice un juramento y, aunque mi mundo no exista, sigo atado a él. Así que ahora defiendo a la gente del Vertedero frente a las agresiones de otras facciones."

Sonali (Sí, se cansó de esperar.): "¿Cómo haces lo de la espada?"

SA: "La espada era el símbolo de mi orden, la recibes después de prestar juramento. Mientras siga defendiendo la causa, la espada me dará el poder y el valor para proteger a los demás. O al menos, eso me contaron."

KP: "¿Pero por qué seguir fiel a una orden que ya no existe?"

SA: "Porque ya no me queda otra cosa, las demás facciones no son de mi agrado (muchas se parecen a las que combatía en mi mundo), y es lo que sé hacer."

KP: "Bueno, supongo que no tengo nada más que preguntarte. Un placer hablar contigo, y ten cuidado ahí fuera."

SA: "Sí, supongo que todos tendremos que tener cuidado. Ten un buen día."

Nos despedimos, y cada uno siguió su camino. Le volví a ver un par de veces, pero no hablamos mucho entre nosotros. Sólo espero que esté bien, ya quedan pocos caballeros (a nadie se le ocurriría llamar a los súbditos de Huan Ken "caballeros") en el Inframundo.

Tened cuidado ahí fuera.

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